Abanicos Artes Tres
Tras muchos años de experiencia trabajando en la fábrica de abanicos de Peregrí Bondía, en 1989 Antonio Pascual junto a sus socios, Agustín y Enrique, deciden montar su propio taller de abanicos.
Enrique era el artesano encargado de la pintura de pistola de lacas y barnices. Agustín era el maestro artesano encargado de la decoración y pintura de flores. Antonio era el gerente y era el artesano encargado de revisar y, en definitiva, de complementar a sus dos socios.
Fuente Elisa Cones (14 de marzo del año 2000)
Dar su color definitivo al abanico, cortar las telas, repasar y empaquetar son las tareas que en Abanicos Artes Tres se realizan como paso previo a la distribución, según explica su gerente, Antonio Pascual. El resto de las operaciones se subcontratan, entre ellas hay algunas mecánicas como son el telado y el calado del varillaje, y otras mucho más artísticas como es la pintura decorativa, de la que se encargan los artistas.
Precisamente estos artistas son quienes, cada mes de septiembre, proponen nuevos diseños. Antes de llegar a las tiendas, los modelos que saldrán a la venta son seleccionados en Artes Tres. Otro tipo de abanicos son los que se elaboran para promociones publicitarias o de discotecas. En estos casos, Abanicos Artes Tres da un servicio que se limita a encargar a sus proveedores habituales los varillajes -en estos casos lo más habitual es que sean de plástico porque así el coste es de unas doscientas pesetas- y a hacer lo mismo con las telas, cuyo diseño lo marca quien encarga la promoción.
La clientela de esta empresa está repartida por todo el país. Las tiendas exclusivas especializadas en complementos de mujer, así como los grandes almacenes de Madrid, Barcelona, casi toda Andalucía, Palma de Mallorca, Toledo y Guadalajara, son el destino final de sus abanicos de artesanía. Fuera de España se intentó exportar a Japón, pero la experiencia fracasó. La falta de subvenciones, así como de información, es algo que Antonio Pascual destaca como el principal freno para el crecimiento de la empresa y su expansión a otros mercados. Concretamente el Gremio del Abanico tiene una gran responsabilidad y no está prestando el apoyo necesario.
Orígenes: el actual establecimiento de esta empresa se remonta a 1982. Tres socios habían iniciado el negocio tras su experiencia en una fábrica de abanicos. Actualmente dos de ellos continúan dirigiendo la empresa.
Producción: diariamente se pintan unos 500 abanicos en las instalaciones de Aldaia. Cada año, la producción de abanicos terminados ronda las 15.000 unidades. Una serie de abanicos de 3.000 unidades fue memorable por haber sido encargada a través del Ministerio de Interior para despedir la presidencia española en la Unión Europea (fue en 1989).
Gama de productos: desde los abanicos de palo santo que se venden en las tiendas desde 80.000 a 15.000 pesetas -dependiendo de la pintura-, hasta los elaborados con madera de plátano -que rondan las 1.000 pesetas- hay una amplia variedad de precios a la hora de adquirir estos abanicos en las tiendas.
Aldaia, la cuna del abanico: Aldaia está considerada como “la cuna del abanico”, según el gerente de Abanicos Artes Tres. La elaboración de abanicos es una de las principales fuentes de ingresos de sus habitantes, ya que no sólo existen cerca de unas 20 empresas que se dedican a la elaboración artesanal de este artículo, sino que muchas personas trabajan desde sus casa pintando, calando o pegando las telas. Godella es otra localidad que destaca por tener a los mejores pintores de abanicos.
*Fotografía KAI FÖRSTERLING. Los abanicos de artesanía que Abanicos Artes Tres elabora – su gerente, Antonio Pascual, en la imagen- se distribuyen a tiendas de toda España